domingo, 23 de diciembre de 2007

Asesinos / Haiku 4.



Y morir lentamente,

sobre tus rizos;

Asesinos del alba.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Las nenas visten de blanco.


Y después de 5 Ave Marías y 9 Padre Nuestros, se levantó del banquillo y sintió una tranquilidad que desde hace algunas horas ya no sentía.
Recuperado aquél estado divino, limpió la habitación y abrió las cortinas para que la luz del sol entrara, radiante, para esconderse entre sus cabellos.

Recogió las cartas. Había sido un juego limpio; una simple pero decisiva victoria de corazones.

Era domingo.
Se colocó su vestido blanco y se preparó para salir. No iba a quedarse en casa para seguir jugando a las cartas. Además, ya le había ganado muchas veces antes de esta. Y con el mismo juego de corazones. Nunca aprendería.

Tomó su bolso y se despidió de Rafael.
Abrió la puerta y desde fuera pudo verse el cuerpo inerte de aquel pobre diablo, sentado en la silla. De cuencas abiertas, vaso en mano y un par de cartas que a cualquier jugador, principiante o profesional, le habría dado lástima de ver tanta mala suerte concentrada en un solo pobre sujeto.


El día estaba hermoso como para celebrar una victoria. El suave viento acariciaba los pliegues de ese inocente vestido blanco.
Y porque sí… las nenas también se visten de blanco.


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Porque aquel antiguo adagio: "mala suerte en el juego, buena suerte en el amor", peca por su antiguedad.

Porque si no sabes jugar a las cartas, te pierdes entre tanta táctica, planificación y bluffs. Si todo es un juego, ¿que pasará cuando no sabes jugar?

Foto: Srta. N.R.

martes, 27 de noviembre de 2007

Solo un Poco.


I

Un poco de noche
Y piérdete conmigo.

Te he de llevar
Doblado y chiquito,
Por ahí,
Escondido en mis bolsillos.

Y el viento acariciará mis cabellos por entre el recuerdo de tus dedos.

II

Un poco de versos
Vendrán a mi paladar,
Mientras te busco,
Y sigo buscando
un poco de noche al que mirar.


III

Caminemos un poco.
Perdámonos un rato.

¡Acompáñame!
Que poco importen las horas.

Un poco de ciudad
No nos vendría mal.

Y solo veamos los autos pasar.


IV

Frente a mis ojos
Un poco de luz.

Frente a los tuyos
Un poco de mí.


¿Te opones?
¿Te opones un poco?

Y solo me sonríes… pero solo un poco.


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Un poco de realidad frente a tanta confusión.
Que la noche guíe.
Un pedazo de presente,
una visión cotidiana.

jueves, 8 de noviembre de 2007

¡Cuánta Osadía!



¡Cuánta osadía!
Desparramar de tal forma
Tus cabellos así.

Desparramarlos sobre estos versos;
Y yo queriendo poder morder las palabras.

¡Cuánta osadía!
El mirarme de frente,
Y temerte así.

Mirar tan de cerca,
Y yo queriendo poder cerrar los ojos.

¡Cuánta osadía!
Arder las palabras
Con tal gusto emitidas.

Sentir como arde en la garganta;
Y yo queriendo poder abrir los labios.

¡Cuánta osadía!

Porque has desparramado tus cabellos
Y sometido mis palabras.
Y yo que me muerdo la lengua
Al tratar de arrancar ya varias…
Para poder morder tus palabras,
Ya que tus labios, no puedo.

domingo, 28 de octubre de 2007

Se hace tarde para la escuela.









Y colgó la cola de sirena junto al cálido abrazo de su madre.
Se estaba haciendo tarde y debía ir a la escuela.

lunes, 15 de octubre de 2007

Memorias De Puente: El Vestido Rojo.

… Ya está más cálido. Se nota la primavera.

Los destellos del agua, ese olor a pasto mojado…es como el de esa tarde. Los dos, de espaldas a la sombra del roble.

¿Dónde estarás? Hace tiempo que no sé nada de ti ¿Qué habrá sido?

Han pasado meses, varios, pero pareciera que fuese más tiempo… años quizás. Años desde que no huelo tu pelo o rozo tu espalda. O sentir esa tranquilidad al dormir contigo. Años de no darte un beso o ver cómo te acercabas a mi en ese vestido rojo… ¡ese maldito vestido rojo! Como me gustabas en el…

¿Qué estarás haciendo? ¿Te acordarás de mí? … ¿Estarás con alguien?

No creo... yo sigo solo. Han pasado meses y no he encontrado nada especial. Todo es menos. ¿Para qué conformarse con menos?

Me gustaría verte, encontrarte por ahí, hablar contigo… toparme contigo y verte caminar hacia mí para saludarme… en ese vestidito rojo quizás…
Sí, de rojo…me gustaría …


Al otro lado de la ciudad, ella cruzaba un puente cualquiera, tomada del brazo con otro; con un vestido nuevo, verde esta vez.
Él, solo miraba pasar el río bajo sus pies, recordándola.

domingo, 7 de octubre de 2007

Ignorar y Callar / Haiku 3






A ignorar volveré,
¿pero callar?
¡jamás nunca cederé!

martes, 25 de septiembre de 2007

Te Dejo.


Te dejo los oídos vacíos
y la nariz intacta.

Te dejo con el torso desnudo
y la boca entreabierta.

Te dejo los labios partidos
y la espalda opuesta.

Te dejo de pie;
de frente a mi fin.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Diluvio Otoñal.


Terminaron aquellos tres meses y aún seguía. Siguió un cuarto y un quinto. Siguió aún hoy.

Y ya no era solo el viento. El problema eran las hojas. No dejaban de caer. Eran demasiadas y no nos daban tregua, nos estaban sepultando vivos. Pero a nadie le importó mucho; hasta que comenzaron a morir. Morir por asfixia, aplastados, desaparecidos.
Ya se habían vuelto demasiadas.

Fueron tantas las muertes y tantas las hojas, que después de un tiempo, simplemente dejaron de buscar. Sólo se anotaban en la lista: PERDIDOS.
Ahora, las mismas hojas servían de tumbas.

La descomposición era evidente; pero qué más hacer…las hojas no dejaban de caer.

El otoño había convertido la ciudad en un cementerio. Y fue solo hoy que encontré el sentido en las palabras de mi madre. “No pises las hojas. No sabes lo que puede haber debajo”. Pero yo ya lo sabía; era una de las razones por las cuales ya no salía de casa.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Peso Nocturno.


Y ya por Ahumada me sacudí los hombros para quitarme la noche de encima.
Venía pesando demasiado como para poder seguir con ella...

sábado, 1 de septiembre de 2007

De la forma incorrecta.


Después de tantos años de buscar a Dios y notar que Su misericordia aún seguía sin manifestarse, escuché nuevamente Su nombre por entre la piel y las sábanas, en la extasiada voz de María.
Cada mañana de domingo, hemos de comenzar el ritual. Colocándome sobre el carnal altar, le alabo una y otra vez mientras los frenéticos labios de María rezan fervorosamente y claman Su nombre. Pero no hay caso. No hay señales de Él. No hay vino ni resurrección de la carne. La vida pasa y ningún solo milagro.

-Creo que estamos invocando a Dios de la forma incorrecta.
-¿De verdad lo crees?

domingo, 26 de agosto de 2007

El naufrago.



Hace ya cuatro días que había empezado a llover y parecía no querer detenerse. Las calles estaban inundadas y no era recomendable salir de casa.
Desde la ventana se distinguían claramente las calles vacías, y detrás de ellas, el acaudalado estero.
A pesar de las nubes de tormenta, aún podían verse los acueductos, y dentro de ellos; una sombra moverse.
El caudal crecía rápidamente y casi podía rozar sus pequeños zapatos azules.
Parecía que el río acarreaba la noche, y en la tele hablaban de varios muertos ahogados.

Ya era tarde. Era hora de acostarse. Mañana darán el anuncio de los desahuciados de esta noche. Veremos si conocí a alguno. Quizás a uno.

martes, 21 de agosto de 2007

Óbito / tanka 1



Sin cantar me iré
para poder seguirte,
En el silencio
de tus labios fríos, hoy
que dejaron de cantar.

viernes, 17 de agosto de 2007

Bulería.


El sonido de las palmas agitaba la sangre que corría por mis venas. Las manos trataban de dibujar la poesía que se cantaba en el aire. El cuerpo se incorporaba.

El torso se hinchaba con un sentimiento hondo y vacío, llenándolo todo. La espalda se me quebraba entre los brazos de mi nuevo furtivo amante.
Se me escapaba el alma con cada nota de aquella pasión rasgada, con cada dolorida palabra de aquella voz condenada. No podía dejarla ir, habría de volver a encerrarla.
Retarla y ver la pasión ganar.
En las tablas he de dejar todo. Aniquilar los pasos errados, ganar el alma de nuevo.

Era hora de comenzar.

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Recordando tiempos de antaño ... bajo el encanto de Enrique Morente y sus Bulerías de Bécquer.


martes, 14 de agosto de 2007

Escape


…y corrí. Corrí como nunca antes lo había hecho. Corrí para escaparme de tus pupilas. Solo di media vuelta y corrí en dirección opuesta. Corrí entre la gente. Corrí por calles desconocidas. No me detuve a mirar. Corrí con la vista al frente, con los ojos abiertos, con los ojos cerrados a ratos. Tampoco quería ver. Corrí por campos, crucé mares. Corrí por ciudades completas, por ruidos de todos los tipos. Corrí entre idiomas y modismos. Recorrí países, continentes enteros. Corrí de día, corrí de noche. Corrí y seguí corriendo. Corrí por días, años.
Corrí hasta el cansancio. Corrí hasta no escuchar nada más. Corrí hasta el silencio. Fue solo entonces cuando dejé de correr y me detuve.

Di media vuelta y tus ojos seguían allí, donde mismo. Me miraban fijamente. Tan fijo, como cuando traté de escapar.

domingo, 12 de agosto de 2007

Escribir es Recordar.


“Escribir como remedio para el olvido”; una mañana me susurraron al oído. Y nunca más lo olvidé.

Palpando la luz con mis manos, traté de contener el recuerdo de tu espalda que se me escapaba entre los dedos. Ya había olvidado como era tocarte.
El tiempo había pasado, y debo decir que no en vano. La brisa había quedado atrás, perdida en algún rincón, mientras la noche se apoderaba del horizonte.
Frente a la ventana, vi como los rayos de sol se escabullían por entre las aristas de mi piel. Mis heridas ya habían cerrado, pero el sabor a miel de las cicatrices me tentaba con reabrirlas.
A cada hora, a cada minuto, a cada segundo, me era más difícil.
Ya no recordaba tu rostro, tus manos, tu espalda, tu voz. Todo se había vuelto ilusión. Ya no podía distinguirlas. No podía recordarte y menos aún, recordarme contigo.

Por eso, hoy me puse a escribir. Escribir lo que fuera necesario para tenerte todavía conmigo; para que me convencieras de que es solo un pecado natural querer aún soñarte … porque Dios ha olvidado la piedad por estos días.

martes, 7 de agosto de 2007

Silencios al Oído/ Haiku 2







El viento me susurra,
mientras tu boca
me niega su respuesta.








Esperando querer escuchar lo que no llega, ¿qué escuchamos mientras reina el silencio? ¿qué te susurra el viento al oído cuando sólo calla, aquella boca cerrada?

domingo, 5 de agosto de 2007

Pérdidas Dicotómicas.



A la lejanía aún podíamos ver pedazos de ella.
Frente a aquellas luces tenues, su brillo aún resplandecía. De fondo, el cielo lloraba su ausencia.
La noche sería muy solitaria sin ella.


Con solo un silencio se destruyó todo. Sus pedazos ya se habían separado demasiado, para más nunca volver a juntarse. Todo se había perdido. Cuántos sueños, cuántos planes, cuántos amores… La soledad volvería a inundar los rostros, las caretas de los soñadores.
Deleitando los espíritus, la tristeza bailaba frente a mis ojos. Fue lo último que supe.
Al igual que tú, se había ido; para siempre.

lunes, 30 de julio de 2007

Dicotomías Generales 1


¿Placeres del Cuerpo o Alegrías del Corazón?


Elegir solo una no es suficiente; pero tener ambas es simplemente imposible.

En esta mortal improvisación en la que me encuentro sumida, trato de buscar la respuesta, para sólo encontrarme temiendo, que es el engañador sentir el que pretende unirlas... Creador de la Ilusión, destinado está, a acabarse junto a su creación, para dejar ver la inminente separación.

Pero ilusamente aún trato de encontrar, lo que en mi sueño se ve: aquel dulce sentir que me permita ver el secreto de aquella prohibida unión... Pero ahora, déjame preguntar, sin saber si esbozar una forzada sonrisa o quizás una silente lágrima...
Si fuera posible unirlas... ¿cómo podrías transar aquello? ¿por qué preferirías siempre perder?

domingo, 29 de julio de 2007

Despertar


Y desperté, solo para descubrir que aún soñaba.

jueves, 26 de julio de 2007

Adicción / Haiku 1








Pido Clemencia,

de mi cuerpo hambriento;

Adicción Mortal.








Degustar algún nuevo sabor en nuestro paladar nos lleva a desear aquel nuevo placer si este ha gustado. Hambre de la carne, de tristezas, de amor, de desatención, de angustia, de libertad, de soledad, de muerte... Ahora dime, ¿cúal es tu adicción mortal?

martes, 24 de julio de 2007

Epifanía en Azul


Ocultando tu rostro de mi, la noche dibujaba los paisajes de tu cuerpo azulino, de pie frente a la ventana.
Escondida entre las sábanas, contemplé como se ensalzaba tu silueta en silencio ante la noche. Fue la primera vez que el tiempo se detuvo ante mis ojos.

De aquella vez ya no queda nada. Se ha ido la noche, las sábanas y los azules paisajes de tu cuerpo febril.
Fue mucho antes de las cicatrices, cuando la luna aún nos sonreía.

domingo, 22 de julio de 2007

Compañeros en Traición.



Dibujaba la noche
tu despejado cuerpo,
preso de ausencias,
saciado en respiros.

Tu insaciable sed,
desbordaba mi verdad.

Caricias aprendidas con dolor,
ya conocía tu forma de amar:
inquieta,
extasiada,
sincera.

Quizás,
un poco de sinceridad no estaría tan mal.

Compañeros febriles,
traicioneros y traicionados,
cada uno,
trató de revivir aquello que ambos habíamos perdido:
el sueño
de un agónico recuerdo
impregnado en nuestras sábanas.

lunes, 16 de julio de 2007

domingo, 15 de julio de 2007

El juego de los Dados



Este será nuestro juego…pero solo por esta noche.

Yo lloraré por ti y tu me negarás todas las veces que sea necesario.
Luego yo me iré y jugaré en otra mesa.
Sólo entonces tomarás los dados, los alzarás en tus manos y dirás que me amas.
Yo volveré a la mesa y será ahora tu turno de jugar.
Siempre será tu turno, porque yo saltaré el mío.
Ahora depende del número que te señalen los dados. Esas serán las veces que me negarás nuevamente.
Yo lloraré por cada dado lanzado. Si esta vez fueron dos, lloraré esta vez y la siguiente que será la necesaria para volver a empezar el juego.

El ganador será aquel que al lanzar los dados sobre la mesa, saque el segundo par en el juego. De esta forma nos quedará claro que alguna vez coincidimos y podemos dejar de jugar.

lunes, 9 de julio de 2007

Hambre De Sueño


La habitación yace desordenada, me pierdo entre las sábanas.
Entre la racionalidad y la esperanza tambaleo sin cesar.
¿Por qué hube de probar el sueño?
Probarlo para luego perderlo, y crear otra adicción en mí.
Hambre del sueño,
Hambre de volver a probar aquel.


Condenada razón,
Ya no logra ni pensar.

Infectada del sueño,
El recordar siempre fue un problema.

Ilusa,
La creí virtud,
Sin ser,
Nada más que condena.

Escapar,
Volver a empezar,
Al paladar,
Ya no sabe lo mismo.
Sabor de otrora
En una receta perdida,
Imposible de volver a crear.

Mantenida por el hambre,
Consumida por el sueño,
Entre las sábanas se encuentra el refugio.

Fuera de ellas,
La habitación espera paciente,
Dejar el caos volver,
Dejar el orden por fin perecer.


Nunca me fui
Solo me quedé ahí,
Siempre estuve ahí.


Locura en gracia,
Nuevos paisajes tapan viejos sueños,
Anhelos algo olvidados.


Pero son sábanas ciegas,
Nubladas de hambre de sueño.
Y yo aún me sigo perdiendo entre aquellas.

domingo, 8 de julio de 2007

Mitomanías de la Razón

Fue solo una visión, pero fue suficiente para seguir.


Con desesperación me alejé del lugar, para descubrir que ya estaba por todas partes. Mi razón se encontraba infectada, mis actos, mis respiros...todo. Ya no había escapatoria de ti.

Te seguí por entre las calles, por entre los laberintos de gente ajena a nuestra razón, ajenos a nosotros. Te seguí hasta perderte, para volver a encontrarte en una esquina. Confundido entre la razón y entre la ilusión de lo que pasaría, te escabulliste de mí y del tiempo, para entrar por el pasillo. No podía detenerme ahora, debía seguirte.

A cada escalón te sentía un paso más cerca. Ya no podía más, te había esperado demasiado.

No me conocerías, pero yo sabía quién eras. Siempre lo había sabido. Eras yo mismo, yo dentro de otro cuerpo, libre de estas infecciones que me consumen, que no me dejan escapar. Serías el sueño de alguien, quién te desearía para sí con ansias. No serías su miseria; ese sueño confuso que trató de amoldarse a su esperanza de amar para sólo terminar en su condena.

Te reconozco en mi desnudez y ya no sientes miedo. Somos la misma persona y te das cuenta de ello. Somos dicotomía, la contraposición del sueño y la realidad. Pero como sueño que eres, no podía alcanzarte; debía despertar.

De frente al espejo, tu reflejo me dejaba verte. Aún era muy temprano para dejar de ser yo y ser tú, todo lo que yo quiero ser. No estaba listo, no todavía.
Me alejé de ti. Dejé que te incorporaras, tomaras la manilla y abrieras la puerta. Saliste por el mismo pasillo por donde habías entrado para volver a caminar entre la gente. Solo yo noté tu ausencia.


Volví a sentarme y conversar otro rato. Nos veríamos la próxima semana al parecer.
Me incorporé y recorrí el pasillo nuevamente para volver a la sala. Se abrió la puerta y entré nuevamente.Las siguientes dosis serían más fuertes y volvería a verte. Quizás las cosas serían distintas y me llevarías contigo, fuera de estos pasillos.
Sólo quince minutos más y sería hora de mi cocktail.